Centro Eclesial de Documentación

Arqueología boliviana

EXPOSICIÓN ARQUEOLÓGICA “P. ANSELMO ANDREOTTI”

Las piezas corresponden a la región de Omereque. El Padre Anselmo la ha formado en los años del 1967 al 1980. Su preocupación fue la de salvar vestigios arqueológicos de difícil defensa. Omereque se encontraba privilegiada por la secuencia de los ríos Omereque, Mizque y Río Grande, que eran rutas de comunicación y de comercio. Por eso la colección ofrece una vertebración bastante amplia de las zonas socio-culturales desde occidente a oriente de Bolivia; y sur a norte. Una historiación de la arqueología boliviana se puede hacer sobre el referente de Tiwanaku y de la presencia inca.

Vitrina 1. El momento formativo (300 a.C. 400). La cultura Tiwanakota es civilización aymara, nacida en el altiplano de Bolivia. Los vestigios de la ciudad se extienden del actual Tiwanaku hasta el lago Titicaca. Su nacimiento se debió a las regionalizaciones culturales de Wancarani, Chiripa y Wari. Las primeras se desarrollaron por el ecosistema de la combinación de aguas y tierras alrededor del Titicaca; y la tercera en la planicie de Oruro a lo largo del lago Poopó. Las piezas a recordar son la Pachamama, la cabeza de llama, lascas, hachas y flechas.

Vitrina 2. La ciudad-Estado (400-900). La ciudad, se desarrolló como ciudad-estado hasta el año 800 D.C., Tiwanaku se realizó en construcciones, ambientes administrativos y culturales. Representaciones del ticti (gato grande: Titicaca), el del bronce con imágenes del malku, el cóndor, y las mujeres-peces del lago, que seguramente fue santuario de fertilidad.

Vitrina 3. Tiwanaku expansivo (900- 1200). La arqueología muestra vasos de uso de comidas elaboradas y más objetos de prestigio social. Tiwanaku fue centro administrativo y religioso: los kerus, platos (pucus) y vasos embudo. Tiwanaku desaparece en el siglo XIII. Lo imprevisto de su desaparición hace pensar en una inundación provocada por el lago Titicaca. Seguramente fue civilización no violenta, fundada sobre la continuidad altiplánica y la secuencia de los valles, que unió con intercambios de productos diversificados. La herencia de Tiwanaku perduró distribuida en los Reinos Collas, que eran ecosistemas con poderes locales. Convivieron juntos y perfeccionaron tal herencia.

Vitrina 4. Cultura Mojocoya (500-1000). Se expandió en los departamentos de Cochabamba en su sector sur-oeste, norte de Chuquisaca y las provincias de Caballero, Vallegrande y Florida (Santa Cruz). Vestigios de ella se encuentran también en Tarija.

Vitrina 5. Cultura Omereque, policromo (600-1000). Nace en la confluencia de los ríos Mizque y Grande. Por ser zona de muchos contactos se relacionaba con otras regiones, llegando hasta el altiplano. Desarrolló una excelente policromía con imágenes simbólicas. La colección conserva también vestigios de textiles, ruecas y agujas.

Vitrina 6. Cultura Yampara (1200 hasta los incas). La provincia Yamparaes de Chuquisaca ocupaba los valles centrales del país. Mantuvo contactos con otras culturas y asumió influencias altiplánicas y de Tiwanaku. Fue de variados colores intensos con piezas de dimensiones relativamente grandes, pequeñas y con uso de figuras zoomorfas y antropomorfas.

Vitrina 7. Cerámica arawak, lapaya-inca, ciaco, yura, uriquilla y tomatas. La cultura arawak fue contemporánea a la de Tiwanaku, desarrollándose en las partes orientales del país. Es evidente su origen amazónico por la falta de decoraciones en colores. La uriquilla es una rareza de juegos geométricos, que vivió en los valles entre Chuquisaca y Tarija; la cultura yura, al contrario, se mantuvo con característica similares pero en la circunscripción de Potosí. La cultura tomata se conoce en los alrededores de la ciudad de Tarija; la cultura ciaco con sus colores sobre todo amarillos la encontramos en la trayectoria entre Mizque y Cochabamba. La cultura lapaya-inca es del sur del país; su presencia es tardía.